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Esperanza González celebra su cien cumpleaños

GENTE
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El pasado viernes 10 de julio de 2015, cumplió años la segunda persona centenaria de la localidad. Esperanza González Alcántara ha llegado a los cien años tras una vida de entrega y trabajo. Una vida que no fue fácil en muchos momentos para esta residente de los pisos tutelados de Orellana la Vieja y natural de Orellana de la Sierra.
Hija de carbonero, ella también realizó esta tarea, hasta que se casó con su marido Antonio, ya difunto. Ambos estuvieron al frente de una pequeña explotación ganadera de vacas lecheras, por lo que Esperanza es conocida por los más mayores de la población pacense como “la lechera”.
Los años más duros para ella fueron los previos y posteriores a la Guerra Civil. “Antes de empezar la guerra, mi marido estuvo preso. Decían que era por haber robado un cuarto de arroba de vino que traía desde Orellanita que le mandaron a comprar, pero la verdad es que le metieron preso por la política”, relata Esperanza mientras degusta un picho de frutas variadas que han preparado en los pisos tutelados para tan señalado evento. “Estuvo 18 meses preso en Vigo y otros 18 meses en el frente”, apostilla la anciana.
Pero lo peor en la vida de Esperanza fue la muerte de un hijo. “Venía de vender jabón en Cáceres y pasando por Trujillo el niño se murió en mis brazos, me pedía pan y yo no tenía nada”, recuerda con tristeza mientras está sentada en una silla rodeada de hijos, nietos y bisnietos.
Esta anciana cuenta con una gran descendencia en la actualidad, la cual consta de cinco hijos (Saturnina, María, Petra, Juan y Antonia), trece nietos y diecisiete bisnietos. Todo un elenco familiar que no se ha querido perder la celebración centenaria, junto a los otros 19 residentes de los pisos tutelados de Orellana la Vieja, que actualmente cuenta con nueve trabajadores y ocho alumnos en prácticas del curso del plan @prendizext `Cuidador en ayuda a domicilio’.
En reconocimiento a su ejemplar vida de entrega y trabajo, el Ayuntamiento de Orellana la Vieja, representados por el alcalde, Cayetano Ramos, y la trabajadora social, María Dolores Cabrera, le han querido homenajear con una placa.
Asimismo, tanto alumnos en prácticas que están en los pisos tutelados, como directiva, trabajadores y compañeros del centro, le han querido agasajar con diferentes obsequios a tan longeva mujer.
En la actualidad, Esperanza, debido a su condición física, no puede hacer ganchillo o ayudar a los demás compañeros, como le gustaba hacer cuando entró en los pisos tutelados hace algo más de 13 años, pero se siente “muy bien” en el centro y con mucha vitalidad para seguir varios años más.
Esta mujer luchadora ahora comparte palmarés centenario junto a Antonio Álvaro Ramos, que el pasado 12 de marzo de 2015 cumplió 101 años, siendo la persona más longeva de Orellana la Vieja a día de hoy.

Esperanza González Alcántara

El pasado viernes 10 de julio de 2015, cumplió años la segunda persona centenaria de la localidad de Orellana la Vieja. Esperanza González Alcántara ha llegado a los cien años tras una vida de entrega y trabajo. Una vida que no fue fácil en muchos momentos para esta residente de los pisos tutelados de Orellana la Vieja y natural de Orellana de la Sierra.

 


 

 

Hija de carbonero, ella también realizó esta tarea, hasta que se casó con su marido Antonio, ya difunto. Ambos estuvieron al frente de una pequeña explotación ganadera de vacas lecheras, por lo que Esperanza es conocida por los más mayores de la población pacense como “la lechera”.

Los años más duros para ella fueron los previos y posteriores a la Guerra Civil. “Antes de empezar la guerra, mi marido estuvo preso. Decían que era por haber robado un cuarto de arroba de vino que traía desde Orellanita que le mandaron a comprar, pero la verdad es que le metieron preso por la política”, relata Esperanza mientras degusta un picho de frutas variadas que han preparado en los pisos tutelados para tan señalado evento.

Esperanza González Alcántara
“Estuvo 18 meses preso en Vigo y otros 18 meses en el frente”, apostilla la anciana. Pero lo peor en la vida de Esperanza fue la muerte de un hijo. “Venía de vender jabón en Cáceres y pasando por Trujillo el niño se murió en mis brazos, me pedía pan y yo no tenía nada”, recuerda con tristeza mientras está sentada en una silla rodeada de hijos, nietos y bisnietos. 

Esta anciana cuenta con una gran descendencia en la actualidad, la cual consta de cinco hijos (Saturnina, María, Petra, Juan y Antonia), trece nietos y diecisiete bisnietos. Todo un elenco familiar que no se ha querido perder la celebración centenaria, junto a los otros 19 residentes de los pisos tutelados de Orellana la Vieja, que actualmente cuenta con nueve trabajadores y ocho alumnos en prácticas del curso del plan @prendizext `Cuidador en ayuda a domicilio’.

En reconocimiento a su ejemplar vida de entrega y trabajo, el Ayuntamiento de Orellana la Vieja, representados por el alcalde, Cayetano Ramos, y la trabajadora social, María Dolores Cabrera, le han querido homenajear con una placa.Asimismo, tanto alumnos en prácticas que están en los pisos tutelados, como directiva, trabajadores y compañeros del centro, le han querido agasajar con diferentes obsequios a tan longeva mujer. 

En la actualidad, Esperanza, debido a su condición física, no puede hacer ganchillo o ayudar a los demás compañeros, como le gustaba hacer cuando entró en los pisos tutelados hace algo más de 13 años, pero se siente “muy bien” en el centro y con mucha vitalidad para seguir varios años más. Esta mujer luchadora ahora comparte palmarés centenario junto a Antonio Álvaro Ramos, que el pasado 12 de marzo de 2015 cumplió 101 años, siendo la persona más longeva de Orellana la Vieja a día de hoy.

Esperanza González celebra su cien cumpleaños