El escritor dombenitense Antonio María Flórez se ha confirmado como brillante finalista del Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura de Colombia 2015, que ha sido ganado por Nelson Romero Guzmán con su libro Música lenta, un libro que escarba en el horror de la violencia usando como hilo conductor la música del conflicto.

 

En opinión del Jurado, la obra ganadora “es un libro muy original que mezcla diversas texturas literarias y plásticas”. Cobo Borda, uno de sus miembros, afirmó que este libro no es “una denuncia elemental si no que hace que la poesía cure y reviva esa tragedia de nuestro país”.

 

Romero se confiesa escritor enfermizo, que no desdeña su origen campesino y que piensa que la poesía también debe hacer memoria y que su libro, aparte del horror de la violencia, también explora otros ámbitos de la creación como la reflexión que hace sobre la escritura misma.

En las fronteras del miedo, el libro publicado por la Diputación Provincial de Badajoz, con el que concurría Flórez, ha llegado a las instancias finales del certamen, el más importante de Colombia y también trata sobre el tema de la violencia en ese país.

El Comité Técnico lo calificó como “Notable poemario”, dotado de “un gran lirismo y una innegable contundencia”. “Flórez tiene una gran trayectoria poética y esta obra demuestra el dominio que tiene de las formas poéticas... -destacándose por ser-...armónica, elevada, clara y profunda”. El jurado Horacio Benavides dijo de ella que “Es una obra original si pensamos que este tema aún está por explorarse en la poesía colombiana” y que “Por las imágenes llenas de sugerencias, por los ritmos empleados, En las fronteras del miedo nos da cuenta de un poeta que conoce a fondo los recursos poéticos”. Álvaro Rodríguez, otro de los jurados, dijo que aborda como tema “El de la sensibilidad encarnada en el miedo y la confrontación verbal en el poema, ya se refiera a la infancia, el desarraigo o la violencia... y todo ello con una sobriedad imaginativa y la apropiación de un paisaje que, si antes no fue, ahora es suyo”.

De éste Basilio Sánchez, dijo:  “Poesía profundamente ética, con un lenguaje depurado y hermoso al servicio de esa ética” y Álvaro Valverde lo destacó por su tono confesional, directo y sin ambages “Propio de alguien que monologa e intenta poner en claro su pasado, su presente y aún su futuro, tan dudoso como cualquiera”.

Antonio María Flórez se mostró muy satisfecho con el resultado ya que lo confirma como uno de los poetas más destacados y originales de la poesía colombiana contemporánea, en palabras de Octavio Escobar, Premio Nacional de Literatura de aquel país en 1997.