La Virgen de las Cruces regresó este lunes a su ermita. Aunque el paso iba precedido de la cabina preparada para cobijar a la Patrona por si llovía, no hizo falta utilizarla.
El chaparrón que caía en torno a las 8 de la mañana hizo temer lo peor, pero los nubarrones dieron paso a un gran claro que acompañó a la Virgen hasta su llegada a su ermita.
Solo un poco después caían gotas en una jornada inestable en lo meteorológico; tanto caía un chaparrón como lucía un sol que achicharraba.
Con algo de retraso, la Virgen de las Cruces salía de la iglesia de Santiago. Las mujeres levantaron, brazos en alto, a la Patrona, dando el relevo a continuación a un grupo de hombres, que iniciaron el recorrido hacia la salida de Don Benito. La imagen de San Isidro saludó a María al pasar.
Una gran masa humana escoltaba el paso, mientras se entonaban los cánticos habituales en honor de la Virgen para despedirla en su trayecto de vuelta a su ermita. Provistos de paraguas y chubasqueros por si acaso, muchos hicieron el camino andando.
<< Anterior noticia | Siguiente noticia >> |
---|