Una treintena de niños y niñas que vivieron en los años 60 y 70 en la calle Navarra, de Casas de Don Pedro, han programado una convivencia de reencuentro para el próximo 14 de agosto.

La impulsora de esta iniciativa es Rosa Jaroso, vecina de 52 años de esta misma calle y presidenta a la vez de la Asociación Cultural Pedro I de Castila. Según Jaroso, la calle Navarra era en los años 60 y 70 una de las de mayor actividad infantil en la calle, “todo el día estábamos jugando fuera de casa”.

Muchos de aquellos niños de entonces emigraron  posteriormente, bien con sus padres o bien por iniciativa propia al ser mayores, a otros lugares de España, especialmente a Madrid. Cada verano, coincidiendo con las fiestas de agosto de Casas de don Pedro, algunos se han seguido viendo en la población, pero otros no, debido a que visitaban la localidad en otras fechas.

Ahora, muchos son cuarentones y cincuentones y han decidido organizar una convivencia “en la que no faltará la buena comida, bebida y hasta alguna orquesta”, señala Rosi Jaroso. La promotora de este reencuentro confiesa que “nunca llegué a saber por qué la calle se llama Navarra, ni siquiera ninguno de aquellos niños acabó emigrando a esa tierra del Norte”.

Rosi, que es una de las pocas niñas de entonces que aún permanecen en el pueblo y no ha emigrado, recuerda que a lo largo de su vida ha visto los cambios experimentados por esta calle, como tantas otras calles de tantos otros pueblos extremeños, pasando de la tierra de entonces al asfalto de ahora.

“Entre los recuerdos de antaño no se me olvidan las argollas que había en algunas fachadas para atar los burros y cómo la gente se sentaba con sus butacas al fresco por las noches, costumbre que perdura en la actualidad”, admite la impulsora de la convivencia.