Todos los encantos de Extremadura en lista de GoEuro
Cuando un viajero examina la oferta turística que España le ofrece, primero cae prendido ante el carácter de las grandes capitales o de la amplia costa que bordea la península. Sin embargo, es importante poner en valor las magníficas localizaciones que el interior del país ofrece. Es el caso de Extremadura, la cual peca de pasar desapercibida cuando en su seno entraña rincones que quedan perpetuados en el recuerdo de todo visitante. Su gastronomía influenciada por su cercanía a Portugal, su entorno natural y sus construcciones, historia viva de la península, hacen de esta región una de las más apasionantes y es por eso que GoEuro ha elaborado una lista de lugares que visitar en Extremadura que sin duda hará caer rendido al visitante a los encantos de la comunidad extremeña.
Mérida
La capital extremeña alberga las construcciones romanas de referencia en España. El Anfiteatro, que aún conserva gran parte de su estructura, es Patrimonio de la Humanidad y junto al Acueducto de los Milagros y el Puente Romano muestra que antaño Mérida fue una importante metrópolis durante el Imperio romano. La multitud de mosaicos y yacimientos que posee esta ciudad colocan la guinda del atractivo de esta localidad.
Cáceres
La ciudad amurallada de Cáceres es ya de por sí un gran monumento. Como si de un escenario del Medievo se tratase, esta urbe destaca por sus edificios religiosos, bien custodiados bajo el yugo de la piedra. La Concatedral de Santa María, el Palacio Episcopal y la Ermita de la Paz se convierten en las infraestructuras religiosas más importantes de una ciudad en la que el eclecticismo está a la orden del día. La mezcla romana-cristiana-musulmán hacen de Cáceres la mestiza más rica de Extremadura.
Trujillo
La homogeneidad rocosa de Trujillo hace su callejero un fascinante lugar para perderse. Las numerosas edificaciones religiosas y cívicas de la ciudad se deben al Descubrimiento de América, época en la cual Trujillo adquirió fuerza suficiente para crecer más allá de los muros musulmanes. La iglesia de Santa María y su complejo de palacios incitan al viajero a cambiar de siglo conforme avanzan sus pasos.
Plasencia
La capital del Jerte halla su encanto en la perfecta combinación de naturaleza y patrimonio histórico. Los parajes que rodean Plasencia incitan al viajero a caminar y descubrir cada rincón de este capricho de la naturaleza. Ya en la civilización, esta ciudad ofrece un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, en el que se encuentra la inusual Catedral, que aúna en su arquitectura dos edificios solapados, uno románico y gótico, mientras que el otro mantiene un estilo plateresco.
Alcántara
La frontera más tangible que separa a España con Portugal tiene nombre propio: Alcántara. Su Puente Romano es su mayor reclamo turístico. Una construcción que data del siglo II y cruza el Tajo con sus 180 metros de largo erigidos sobre seis arcos, en él puede leerse la siguiente cita en latín “El puente permanecerá en pie pos los siglos del mundo”, y por el momento no se ha equivocado.
Guadalupe
Un destino para reencontrar la paz interior. La Virgen de Guadalupe es una de las tallas que más adeptos engloba a nivel mundial, y descansa en su monasterio homónimo, el cual ningún visitante debería perder la oportunidad de visitar. Construido en 1340, fue el escenario que acogió el momento histórico en el que los Reyes Católicos ofrecieron a Cristóbal Colón las Carabelas. La ciudad en sí misma acoge estilos que van de lo gótico al neoclásico pasando por el renacentista.
Hervás
El asentamiento de los judíos marcó un antes y un después en Hervás. Su barrio de la Judería data del siglo XV y es uno de los distritos de este tipo mejor conservado del país. La influencia de los judíos en este enclave se halla en construcciones y gastronomía, aportando un valor añadido entre tanto estilo románico y renacentista de propias de sus vecinas.
Cuando un viajero examina la oferta turística que España le ofrece, primero cae prendido ante el carácter de las grandes capitales o de la amplia costa que bordea la península. Sin embargo, es importante poner en valor las magníficas localizaciones que el interior del país ofrece. Es el caso de Extremadura, la cual peca de pasar desapercibida cuando en su seno entraña rincones que quedan perpetuados en el recuerdo de todo visitante.
Su gastronomía influenciada por su cercanía a Portugal, su entorno natural y sus construcciones, historia viva de la península, hacen de esta región una de las más apasionantes y es por eso que GoEuro ha elaborado una lista de lugares que visitar en Extremadura que sin duda hará caer rendido al visitante a los encantos de la comunidad extremeña.
Mérida
La capital extremeña alberga las construcciones romanas de referencia en España. El Anfiteatro y el teatro, que aún conservan gran parte de su estructura, es Patrimonio de la Humanidad y junto al Acueducto de los Milagros y el Puente Romano muestra que antaño Mérida fue una importante metrópolis durante el Imperio romano. La multitud de mosaicos y yacimientos que posee esta ciudad colocan la guinda del atractivo de esta localidad.
Cáceres
La ciudad amurallada de Cáceres es ya de por sí un gran monumento. Como si de un escenario del Medievo se tratase, esta urbe destaca por sus edificios religiosos, bien custodiados bajo el yugo de la piedra. La Concatedral de Santa María, el Palacio Episcopal y la Ermita de la Paz se convierten en las infraestructuras religiosas más importantes de una ciudad en la que el eclecticismo está a la orden del día. La mezcla romana-cristiana-musulmán hacen de Cáceres la mestiza más rica de Extremadura.
Trujillo
La homogeneidad rocosa de Trujillo hace su callejero un fascinante lugar para perderse. Las numerosas edificaciones religiosas y cívicas de la ciudad se deben al Descubrimiento de América, época en la cual Trujillo adquirió fuerza suficiente para crecer más allá de los muros musulmanes. La iglesia de Santa María y su complejo de palacios incitan al viajero a cambiar de siglo conforme avanzan sus pasos.
Plasencia
La capital del Jerte halla su encanto en la perfecta combinación de naturaleza y patrimonio histórico. Los parajes que rodean Plasencia incitan al viajero a caminar y descubrir cada rincón de este capricho de la naturaleza. Ya en la civilización, esta ciudad ofrece un casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad, en el que se encuentra la inusual Catedral, que aúna en su arquitectura dos edificios solapados, uno románico y gótico, mientras que el otro mantiene un estilo plateresco.
Alcántara
La frontera más tangible que separa a España con Portugal tiene nombre propio: Alcántara. Su Puente Romano es su mayor reclamo turístico. Una construcción que data del siglo II y cruza el Tajo con sus 180 metros de largo erigidos sobre seis arcos, en él puede leerse la siguiente cita en latín “El puente permanecerá en pie pos los siglos del mundo”, y por el momento no se ha equivocado.
Guadalupe
Un destino para reencontrar la paz interior. La Virgen de Guadalupe es una de las tallas que más adeptos engloba a nivel mundial, y descansa en su monasterio homónimo, el cual ningún visitante debería perder la oportunidad de visitar. Construido en 1340, fue el escenario que acogió el momento histórico en el que los Reyes Católicos ofrecieron a Cristóbal Colón las Carabelas. La ciudad en sí misma acoge estilos que van de lo gótico al neoclásico pasando por el renacentista.
Hervás
El asentamiento de los judíos marcó un antes y un después en Hervás. Su barrio de la Judería data del siglo XV y es uno de los distritos de este tipo mejor conservado del país. La influencia de los judíos en este enclave se halla en construcciones y gastronomía, aportando un valor añadido entre tanto estilo románico y renacentista de propias de sus vecinas.
Domingo, 27 Septiembre 2015 | 
