Ha explicado que para ser beneficiarias de esta ayuda anual, “con carácter vitalicio”, las mujeres extremeñas deberán haber nacido antes o en 1940, estar empadronadas y residir legalmente en cualquiera de los municipios extremeños y ha añadido que no podrán superar en el año 2013 los 10.000 euros si presentaron declaración de IRPF individual o los 13.000 si lo hicieron de manera conjunta, todas aquellas que estuvieran obligadas.

La consejera ha dicho que junto a la solicitud de ayuda de los 300 euros, que se activará en la dirección http://ciudadano.gobex.es/web/mujer-e-igualdad, se adjuntará fotocopia del DNI; certificado de empadronamiento y de la Agencia Tributaria relativo al nivel de rentas; alta a terceros, que estará a disposición en la web; y documento acreditativo de la representación que ostenta la entidad que haya firmado previamente el convenio de colaboración con el Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX), que será quien gestione estas ayudas.

Según Muñoz, para dar la mayor agilidad posible al procedimiento, el Gobierno de Extremadura ha apostado por diseñar una aplicación informática a través de la que se tramitarán todas las solicitudes, toda la documentación requerida y el expediente.

Asimismo, con el propósito de facilitar la solicitud a todas las extremeñas que puedan ser beneficiarias de esta ayuda, se está trabajando en formalizar la colaboración de una entidad colegial para su tramitación, así como de los ayuntamientos de municipios pequeños, evitando así desplazamientos a las beneficiarias y dificultades para su obtención.

La consejera ha asegurado que la gestión será gratuita “y algo muy importante, una vez que abramos la convocatoria, desde el primer día que se presenten las resoluciones comenzaremos a pagarlas”.

En su opinión, el presidente Monago y el Gobierno de Extremadura impulsan esta medida histórica en toda España “reconociendo por primera vez todos los sacrificios que realizaron estas mujeres a través de esta paga única de 300 euros anuales”.

Mujeres de la guerra y la postguerra

En este sentido, Muñoz ha recordado las difíciles condiciones en las que estas mujeres desarrollaron una parte muy importante de su vida. “Sin ninguna ayuda, con escasísimos recursos, sin ninguna libertad. En una sociedad en la que la ley consagraba la limitación jurídica y de capacidad de obrar de la mujer y sólo tenían la función de ser madres y esposas, sometidas a la figura del marido”.

La consejera ha recordado que las mujeres objeto de la ayuda, vivieron en una sociedad en la que tenían que poseer licencia marital, para abrir una cuenta corriente, firmar una escritura, solicitar un pasaporte o trabajar después de casadas y donde la propia normativa incentivaba el hecho de que la mujer abandonase su empleo tras contraer matrimonio o la educación se terminaba para ellas, en la mayoría de los casos en  Primaria, “y muy pocas de ellas tenían opciones de cursar bachillerato y mucho menos, llegar a la Universidad”.