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El consejero de Agricultura entrega títulos de propiedad de la concentración en la Comunidad del Zújar
CAMPO/EMPRESAS |
El consejero de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía, José Antonio Echávarri, ha entregado este jueves en la sede de la Comunidad de Regantes del Canal del Zújar, en Don Benito, 144 títulos de propiedad correspondientes a otras tantas parcelas que constituyen las masas comunes resultantes de la concentración parcelaria Zújar – Guareña y que suman, en total, 79,62 hectáreas.
Con esto se culmina el proceso en la zona de regadío y queda a falta de la entrega de cinco títulos de propiedad de terrenos de secano al Ayuntamiento de Guareña.
El consejero se ha mostrado muy satisfecho y ha destacado el papel de la comunidad de regantes como “motor de desarrollo de un agricultura pujante”, especialmente relacionada con el sector de la agroindustria, prioritario para el Gobierno de Extremadura. José Antonio Echávarri, que ha estado acompañado por el director general de Desarrollo Rural, José Luis Gil Soto, ha destacado, además, los beneficios que suponen para los agricultores –y para toda la zona-- las concentraciones parcelarias que se llevan a cabo.
La concentración parcelaria Zújar – Guareña fue declarada de utilidad pública y urgente ejecución por Orden Ministerial de 17 de octubre de 1984. En este tiempo ha afectado a un total de 4.632 hectáreas de Guareña, Oliva de Mérida, Valdetorres y Villagonzalo, y se vieron implicados casi 2.000 propietarios de más de 7.500 parcelas.
Las grandes ventajas de la concentración parcelaria estriban en un gran ahorro de costes, dado que una excesiva parcelación termina por obligar a los propietarios de muchas parcelas a dotarlas de los elementos de explotación imprescindibles, además de soportar costes energéticos disparatados en el caso de tener que labrarlas y cultivarlas todas con desplazamientos de maquinaria entre unas y otras, por no hablar de dificultades de accesos, costes de cerramientos, naves de aperos, etc.
Cuando se culmina un proceso de concentración parcelaria, se reservan unas masas comunes o tierras sobrantes que se utilizan, si es preciso, para la subsanación de errores que se adviertan durante el plazo de tres años contados desde que el acuerdo firme de concentración. Trascurrido el plazo, se hace entrega a quien corresponda de los títulos de propiedad para que se destinen las masas comunes a finalidades que beneficien a la generalidad de los agricultores de la zona, destinándose preferentemente los ingresos que puedan obtenerse a la conservación de los caminos.
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