El Ilipense Zalamea asestó en Medellín un importante golpe moral en la lucha titánica por la parte de arriba de la tabla en Primera Regional al vencer por 0-2, en un encuentro de dos equipos llamados a luchar por el ascenso.

Partido durísimo y feo el disputado en el estadio Juan Antonio Muñoz que acabó con tres expulsados por parte local y uno por parte visitante. A poco que el árbitro y sus auxiliares hubieran estado menos permisivos podrían haber sido algunos más, tanto del Metelinense, como del Ilipense, incluso algún jugador del banquillo visitante que hizo gala de gestos muy feos, fruto quizá de los nervios, pero por lo que no debió ni saltar a continuación al césped.

El conjunto de Zalamea, bien ordenado y disciplinado, aprovechó una buena oportunidad en el segundo tiempo por la banda derecha para hacer el 0-1 en remate imposible para Molina. Ya con los locales revolucionados y mermados, el Ilipense sentenció justamente con el 0-2 frente a un Metelinense desconocido.

Lo peor del choque fueron las entradas duras por ambas partes en una competición en la que los jugadores se juegan muy poco en lo económico, pero se exponen a complicadas lesiones, por lo que partidos como éste deben servir como ejemplo de lo que no hay que hacer.

Lo mejor del choque fue la deportividad en general en el público, al que afortunadamente no se contagió lo que se producía en el campo. Por supuesto, lo mejor también ver reencuentros deportivos entre veteranos jugadores de ambos equipos, como el que protagonizaron el centrocampista de Medellín, Manolo Monje y el defensa lateral Melchor, dos legendarios en enfrentamientos de anteriores décadas y a los que vemos en la foto superior.